A menudo ocurre que queremos abarcar más de
lo que podemos. Un proyecto tiene que comenzar con ilusión, de esto ando
sobrado, el problema puede aparecer cuando ese proyecto no goza de otros
elementos imprescindibles para su materialización: el tiempo y la
dedicación. En ocasiones la
vida nos hace establecer prioridades y durante casi dos meses he tenido que
dejar algo de lado mis amadas notas desde el mar salado. Hoy, de nuevo,
inspirado por la brisa marina que entra por la ventana comenzaré de nuevo, casi
como si fuese el principio, volvemos a hablar de arte. El final de este parón creativo viene recompensado con un nuevo
homenaje, en este caso a la conjunción entre arte y naturaleza.
Existen numerosas iniciativas, tanto públicas
como privadas, que concentran sus esfuerzos en ofrecer un diálogo respetuoso
con el medio ambiente, una difusión de la cultura moderna y contemporánea,
intentado, a su vez, acercar al público a la contemplación y comprensión del
arte desde un ángulo diferente del que, por lo usual, está acostumbrado a experimentar
en las salas de exposiciones de los museos.
Mirar esculturas integradas en la naturaleza
puede resultar una experiencia sorprendente, y además, siempre distinta,
dependiendo de cómo los artistas hayan concebido las obras y el tipo de diálogo
entablado con el lugar. Algunas serán de
carácter más íntimo, otras más visuales, monumentales, otras jugarán con los
elementos ya pre-existentes del paisaje como sonidos, olores, clima o luz.
Mozart's Birthday, 1989. Mark di Suvero. Storm King. Nueva York.
En otros casos, las piezas se mimetizarán con
el entorno obligando al espectador a percibir la creación de otra forma,
fijándose en pequeños detalles, percibiendo el ambiente de forma más intensa.
El “objeto” final es el que nos queda, lo que el observador
puede contemplar y apreciar. Pero el proceso de meditación del artista en
relación al emplazamiento es también una parte importante para el significado
final de una instalación site-specific.
El binomio arte y naturaleza se hace cada vez más
inseparable, adquiriendo una fuerza tal que, incluso no podríamos concebir un
determinado terreno silvestre o ajardinado sin alguna de las esculturas
situadas en él.
Podemos
recorrer parajes sorpresivos, lugares remotos en busca de la creación artística
más intensa, conocer las obras de artistas conocidos y otros que se nos revelarán,
hallaremos que la mayor riqueza radica en el respeto y la tolerancia bajo un
interés común por la naturaleza y la cultura.
Paco Linares
Encontramos esa mimetización del arte con la naturaleza desde la escultura hasta la propia literatura, por ejemplo, hay iglesias que funden sus fachadas con la misma montaña pero también existe una gran influencia de la naturaleza en los primeros poemas de Miguel Hernández.
ResponderEliminarMe gusta eso de que se juegue con la luz y el paisaje en general.
Un beso y ¡no lo abandones otra vez! :)