domingo, 27 de octubre de 2013

DESTINO CRUZADO: El gesto como protagonista


     Explicaba Elena Sainz en uno de sus textos que en una ocasión se encontró con un punto, una pequeña visión de la realidad que no pretendía otra cosa que pertenecerle. Por mucho que ella evitase ser propietaria absoluta de ese punto, siempre acababa entendiendo que debía ser suyo, pues no era un punto cualquiera, era el suyo propio: su punto de vista del mundo, de la vida, de la existencia.


     Cuando entendió la importancia que este punto tenía para ella no concibió otra cosa que compartirlo con todo aquel que lo quisiera conocer. Y fue así como poco a poco, fueron cobrando sentido esas visiones suyas con las que se encontraba cada día al salir a la calle.


     Elena Sainz observa el mundo como un ser invisible que habita en un castillo transparente, en compañía de su punto de vista. Desde ese recinto inadvertido observa desde su ventana, sin renunciar a la mirada infantil, obteniendo así impresiones depuradas que le ayudan a entender todo aquello que se encuentra a su alrededor.


     ¿Dónde radica pues el sentido de estas miradas suyas al mundo que la rodea? Para ella, la vida sin su punto de vista no es vida, sería como estar encerrada en una celda sin espejo. Elena depende de nosotros, receptores de sus dibujos para que éstos cobren sentido. Solo compartiendo su punto de vista es como sus creaciones adquieren su verdadera razón de ser.



     Todos sus dibujos, realizados con pluma japonesa que moja en tinta de gelatina, adquieren verdadero significado cuando el resto de los mortales los observamos, quedando atrapados en el laberinto de ideas que transmiten sus personajes. Cuando dibuja   a una señora londinense, le está dando vida; con su paraguas, sus zapatos puritanos de atrevida Inglaterra, dejando entrever su pelo, que asoma bajo un sombrerito. Esta señora es así porque la ha dibujado Elena, es un dibujo suyo, pero si no llega a los demás, esta buena señora inglesa no alcanzará a existir jamás. Tal fue la afirmación de la artista en una de nuestras maravillosas conversaciones: “Yo dependo de mi punto y de vosotros, con quienes necesito compartirlo”. 


En 1986 Elena Sainz recibió un encargo de su hermano Javier: ilustrar un libro de cuentos. La ilustración es una mezcla de dibujo y literatura, hecho que viene como anillo al dedo a quien escribe con el dibujo  e ilustra con las palabras. Y fue precisamente a partir de esta fecha, dibujando de forma literaria, como fue creando su propio estilo, siempre a partir de series, la última de ellas la que da título a esta exposición: Destino cruzado. Elena suele dibujar siempre con un instrumento más apto para la escritura, y no es éste un acto en balde, sino una verdadera declaración de intenciones: utilizando una pluma japonesa propia de la escritura, nos presenta personajes y mundos llenos de significado, propios de su percepción y sus vivencias. Cuando recibió aquel encargo por parte de su hermano, Elena ya estaba plenamente integrada en la vida londinense. Empezaba a gestarse por aquel entonces el hilo conductor que irá desarrollando durante toda su trayectoria artística. En aquella época trabajaba en la Embajada española y algunos años después comenzaría a dar clases de español y literatura en el Instituto Cervantes de Londres.



El largo período que pasó en la capital inglesa sirvió a Elena para entender a fondo y desde dentro la cultura inglesa. Su particular visión de aquellos años queda plenamente reflejada en las exposiciones que fue realizando en centros de arte tan ilustres como Canning House, el Hampstead Museum o el Brent Museum. Bajo títulos tan sugerentes como Oniria o Fools in love-Ilusos e ingenuos enamorados. Aquellas muestras indicaban de forma clara su talento y peculiar mirada, ese punto de vista, solo suyo, que compartía con todo aquel que admiraba sus dibujos. Muchos de los rostros que aparecían entonces en sus creaciones eran lo que ella entendía como faceless, sin expresión, algo fácil de vislumbrar en el código de conducta inglés: no exteriorizar a priori los sentimientos, dejar patente ese aspecto interior de la conducta británica tan contrario en ocasiones al español. Aunque ese carácter inglés, aparentemente más tímido, pero enormemente enriquecedor y abierto para quien sigue profundizando y buscando en él, contrasta con la expresividad y extroversión de la cultura mediterránea. Es este uno de los elementos principales que Elena podrá contrastar al regresar a España, convirtiéndose en el germen de Destino cruzado: Londres y Alicante, donde disfruta ahora de su retiro mediterráneo, tras haber llevado durante muchos años una vida plenamente inglesa. Ambas ciudades son por tanto dos caminos que convergen en un punto, que se cruzan y se complementan.



El recorrido de las obras expuestas constata una clara diferencia entre la interiorización británica latente en sus dibujos ingleses y la espontaneidad y expresividad más radical de los realizados en Alicante. Como ella misma dice, expresar expresiones, ya sean faciales o corporales. Cuando Elena llega a su nueva ciudad capta rápidamente, a través de su mirada curiosa, que la forma de vida de la gente es muy exterior. En su amado Londres no se suele hablar enseguida de lo personal, menos aún a desconocidos, ni se suele mostrar el estado de ánimo a través de gestos o muecas. Por ello, las caras de sus dibujos ingleses suelen ser más estáticas y apagadas. No hay demasiado énfasis emocional, aunque sí encontramos una fuerte carga de romanticismo. Al regresar a España, Elena queda fascinada por la fácil lectura del rostro de las personas con las que se cruza por la calle, por ello decide emprender una serie de obras con el gesto como protagonista. En otros casos lleva a cabo escenas con un marcado carácter surrealista, que en ocasiones adquiere incluso un aire filosófico. A través de esquemáticos y fragmentados dibujos representa pequeñas historias vitales, expresiones faciales y situaciones cotidianas capaces de hacernos suspirar, sonreír o incluso soñar.





     Un aspecto diferenciador en los dibujos de Elena Sainz es la aparición de la ironía. El análisis de sus escenas y de sus personajes, incita siempre a nuestra curiosidad, por ello, y para preservar sus dibujos de interpretaciones que limiten su sentido, suele recurrir a motivos que, sin ser cómicos, sí pueden resultar irónicos. De este modo, podemos encontrar en esta exposición algunos relatos dibujados en los que el visitante puede llegar a construir su propia historia.


Son muchas las referencias artísticas y culturales que ha ido amasando Elena a lo largo de toda su carrera, desde Cecil Collins a Frida Kahlo, pasando por Paul Klee o Federico  García Lorca, aunque considero necesario resaltar la figura de Jean Cocteau, como prototipo de artista integral: poeta, dibujante, director de cine o coreógrafo. Esta mención es importante para constatar que todo el conjunto de su obra es producto de una vasta cultura. Suele decir a sus amigos que le seduce la idea de ser atleta, más concretamente del atletismo intelectual, basado en acrobacias vitales, ya que tres han sido las disciplinas que ha mantenido siempre en el aire: la docencia, la poesía y el dibujo. Es la última de éstas la que más nos interesa en esta ocasión, pues aún englobando a las otras dos de forma indirecta, fue el dibujo lo que se convirtió en su gran placer, porque como ella misma dice: “no voy a permitir que esta  vida me amargue la existencia”.

     


Paco Linares Micó



martes, 15 de octubre de 2013

Manuel Blázquez. Metáforas visuales de la sociedad actual.


¿Cuál es la diferencia fundamental entre ciencia y arte? Copérnico demostró que Ptolomeo estaba equivocado. Einstein hizo lo propio con Galileo. Lo que yo me pregunto desde el arte es lo siguiente: ¿Por qué Goya con su obra no demuestra ni necesita demostrar que Velázquez estaba equivocado?
Eduardo Chillida
 Triptico de Vergina
No es raro encontrar en el arte de nuestros días propuestas que partan del ámbito científico para desarrollar después tesis que defiendan lo formal como algo característico de la plástica contemporánea. Fue esta una de las líneas de actuación que llevó a cabo Eusebio Sempere a finales de los años 60 en colaboración con el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid. A través de sus trabajos realizados con computadoras desarrolló el binomio entre arte y tecnología. Ya en pleno siglo XXI, Olafur Eliasson utiliza la tecnología y el uso del laser mediante programación informática para trabajar el papel, obteniendo como resultado un libro de artista que refleja 454 perfiles diferentes de su vivienda particular.

La propuesta de Manuel Blázquez, valenciano afincado en Creta,  refleja la premisa  de partir de la ciencia, aunque utilizando una técnica de corte manual que bien podría salir de un  ordenador, pero eliminaría el toque personal  de la obra. De este modo,  como demuestra Eduardo Chillida con sus preguntas, obtiene un resultado, a veces indefinible,  que acaba por diferenciar el arte de la ciencia.


La serie Tríptico de Vergina, viene a ser una propuesta artística de difícil clasificación. El  conjunto se compone de tres piezas minimalistas que podrían partir del libro de artista, pero que se acaban pareciendo más al objeto escultórico o a la arquitectura. Utilizando el corte y vaciado del papel como origen de su proceso creativo,  el artista se enfrenta a una estructura compuesta por folios de gran tamaño, uno encima de otro. La pila puede variar en su altura, entre 800 y 1500 hojas, mostrando de forma variable un cubo rectangular blanco y neutro.

Del mismo modo que el escritor se sitúa frente a la hoja en blanco, ante la inmensidad envolvente del papel níveo, la estructura invade al artista, desde su desnudez blanca y absoluta, envuelta y rodeada  por el espacio. A partir de ese momento empieza el buen hacer de Manuel: sus experiencias vitales combinadas con su pericia creativa lo llevan a realizar un vaciado progresivo dentro de un marco o perímetro pensado previamente. De este modo va realizando líneas de corte en cada uno de los folios, eliminando fragmentos de éstos de forma sucesiva, de abajo a arriba, dando lugar a una estructura escalonada que asciende progresivamente hacia su creador. Mediante ese proceso de vaciado que conlleva el corte transversal de cada folio transformará e introducirá  el espacio del objeto original, dotándolo de vida.



Acabado el proceso de tallado, las tres piezas que componen la serie  adquieren un nuevo significado. La primera ofrece un corte horizontal, la segunda vertical y la tercera en diagonal, asumiendo esta última una mayor complejidad en su elaboración. El espacio interior creado es consecuencia y al mismo tiempo origen del volumen compositivo exterior. Al envolver con el marco los espacios interiores de la estructura, consigue definirlos y hacerlos visibles a los ojos del observador.
Hay dos elementos clave para percibir y entender el Tríptico de Vergina en toda su amplitud. Por un lado el color blanco, que para el artista lleva en sí mismo la neutralidad que requieren sus piezas para transmitir el espacio creado en toda su pureza. Y por otro, la relación de esta serie escultórica con la monumentalidad arquitectónica, y más concretamente con los templos funerarios. Vergina es el nombre de la ciudad dónde se ubica tumba de Filipo II, gobernante de Macedonia y padre de Alejandro Magno. Este mausoleo, en su sentido descendente y misterioso guarda una clara relación con las obras del artista, en las que deja ver reminiscencias del mundo funerario, como una introspección espiritual. Desde lo vasto hacia lo mínimo, las tres estructuras reducen  su sentido hacia una especie de entrada. Se trata de una falsa puerta que no llegamos a alcanzar, aunque está siempre dentro de ese espacio concreto, limitado a la forma esencial y básica, como ocurría también en  algunas de las ideas del minimalismo.

Cierto es que la arquitectura antigua está patente en la obra de Manuel Blázquez, pero no debemos olvidar que se trata un creador del siglo XXI. Partió pronto de Valencia para vivir en diferentes lugares del mapa europeo, entre ellos Francia , Italia, o Grecia. A través de sus viajes y el buen hacer artístico ha conseguido que sus propuestas guarden una clara relación con la actualidad: la escalinata situada a los pies  del Arco de La Défense en Paris, es también un claro reflejo y referente de las influencias de Manuel y de ese mundo que lo rodea, que nos envuelve a todos. De este modo, con su obra Manuel nos muestra un viaje, en el tiempo y en el espacio, desde la antigüedad hasta la actualidad. Situando siempre, como punto de partida, una entrada misteriosa hacia algún lugar… ¿Hacia dónde nos lleva? ¿Hacia dónde vamos? Metáforas visuales de la sociedad actual.



Paco Linares Micó

jueves, 3 de octubre de 2013

DEL BISONTE AL PHOTOSHOP PASANDO POR EL LÁPIZ


Todo arte verdadero guarda relación con la persuasión a la que somos sometidos cuando nos enfrentarnos a un objeto o concepto que se precia como artístico tras su representación. ¿Cómo sabemos que algo es artístico? En ocasiones no lo sabemos, sencillamente lo reconocemos.
Hace algunos días tuve la ocasión de visitar el yacimiento arqueológico de Atapuerca, en la provincia de Burgos. Era una asignatura que tenía pendiente desde hace mucho tiempo. Durante una de las visitas guiadas que complementan la didáctica del yacimiento, un muchacho nos mostró una representación de cómo se crearon las primeras manifestaciones artísticas realizadas por el hombre. Nos mostró entre otras,  representaciones de animales, aprovechando las formas de la roca. También realizó a modo de símil, acciones en las que los primeros homínidos dejaban la huella de su mano, ya fuese en plano positivo o negativo.
Todo esto hizo que de repente que mi mente dejase a un lado la visita guiada y  comenzase a viajar en el tiempo, desde esas primeras representaciones rupestres hasta los grandes ilustradores de la actualidad. Cuando imagino representado el bisonte de Altamira como origen de la creación artística, con más de 20.000 años de antigüedad y lo comparo con un marino frente al mar dibujado por Hugo Pratt en 1985, tengo la misma sensación: la de saber que estoy frente al misterio del arte en todo su esplendor. Tanto el bisonte, como la idea de nostalgia que transmite el marino son ilustraciones que me llevan a la percepción plena de lo artístico. ¿Por qué? Sencillamente porque las reconozco como tales.

Aunque no haya sido ni mucho menos el más reconocido, el campo de la Ilustración es uno de los géneros artísticos más ricos que ha dado la historia de la creación humana, el recorrido es inmenso. En esta ocasión dejaremos de lado todo lo que queda en medio. Este viaje comienza en la prehistoria, pero daremos un enorme salto hasta el siglo XXI, concretamente a una parada llamada Ilustradores Españoles Contemporáneos:



CARMEN ORTIZ (Barakaldo, Vizcaya, 1971)

Poseedora de un estilo limpio y detallado, Carmen Ortiz realiza ilustraciones de un marcado realismo, basadas en el retrato. Trabaja siempre con grafito, adoptando para sus obras conocidos rostros del cine, la música o la moda. Suele representarlos haciendo especial énfasis en sus miradas.



Austera en el color y con un profundo manejo de la psicología del ser humano, Carmen Ortiz se presenta al mundo como una gran retratista contemporánea, capaz de transmitir la personalidad en un simple gesto, unos ojos o una sonrisa camuflada de ironía.



DAVID PINTOR (A Coruña, 1975)

La Society for News Design ha llegado a premiar algunos de sus numerosos trabajos para La Voz de Galicia. Desarrolla una obra repleta de metáforas, de sensaciones y personajes con sentimientos, de un realismo discreto donde lo cotidiano se congela, la soledad aparece y se hace treméndamente bella o hiriente.










ELENA ODRIOZOLA (San Sebastián, 1967)

Trabaja con acrílico, tinta y lápiz, siempre con un manejo suave y poético del color, sin estridencias ni explosiones emocionales.








GABRIEL PACHECO (México, 1973)

Desde 1998 ilustra principalmente en España. Crea atmósferas oscuras que en ocasiones resultan oníricas y claustrofóbicas. Con un uso del color muy reducido busca elementos de imágenes inciertas, una especie de fotografías inciertas.









JAVIER JUBERA GARCÍA (Logroño, 1982)

Trabaja con minuciosidad todas sus piezas, sean del tamaño que sean. Según sus palabras, su estilo es “puro y verdadero”, con una estudiada planificación, donde la composición y la línea son el eje central. Lleva a cabo sus creaciones con diferentes técnicas: aguatinta, litografía, aguafuerte, digital o lápiz.







MIGUEL NAVIA  (Madrid, 1980)

Es sin duda alguna un creador con un estilo cinematográfico, a buen seguro por sus colaboraciones  en story boards y diseño de producción para cine. Se define como un entusiasta del género negro y afirma que éste suele aparecer a menudo en sus ilustraciones. Representa momentos cotidianos o extraordinarios, donde el detalle se perfila en la arquitectura de los edificios. Utiliza el blanco y negro como esencia y un trazo muy definido.










MONICA GUTIÉRREZ SERNA  (Mexico, 1967)

Lleva casi toda su vida trabajando en España. Su estilo va desde el expresionismo abstracto al conceptual, utiliza la fotografía, el collage y el dibujo, pero su trabajo y el proceso creativo son claramente pictóricos.







En la actualidad entendemos a los Ilustradores como unos seres dotados de grandes habilidades en lo que se refiere a la utilización del lápiz, de la tinta, del gouache o del collage… también del gráfito o del Photoshop y por supuesto de la acuarela. Las obras que acabamos de ver reflejan  algunas de las técnicas actuales que utilizan estos artistas, solo algunas. Imposible citarlas todas. También imposible citar a todos los grandes creadores que en nuestros días llevan a cabo obras realmente maravillosas. Por ello, nos conformaremos de momento con una pequeña selección realizada por quién les ha escrito estas líneas.



PACO LINARES MICÓ



martes, 19 de febrero de 2013

¿HAY ARTE EN ARCO?



Como cada año, a mediados de febrero llega a Madrid la cita ineludible con el arte contemporáneo, o mejor dicho con el mercado del arte. Porque eso es ARCO, una feria donde se venden obras de arte, o quizás sería más adecuado definirlo como un recinto en que  se venden creaciones de artistas. Unas mejores y otras peores. Los que no solemos fallar a la cita madrileña sabemos donde vamos, ARCO no es un Museo, ni una sala de exposiciones, sino un lugar de encuentro entre coleccionistas, galeristas y porqué no, críticos de arte y comisarios que vamos al encuentro de nuevos artistas, con la esperanza de descubrir algo nuevo y fresco, que despierte, aunque sea por un momento la magia del arte en lo más profundo de nuestro ser. Y afortunadamente, a veces se consigue.


Al llegar a IFEMA, tras recoger la acreditación que me da acceso a la feria, comienzo ese ritual al que no acabo nunca de acostumbrarme. Año tras año atravieso la puerta de uno de los Pabellones que dan acceso a este lugar de encuentro donde arte y mercado  se funden en uno. Es miércoles, hasta el viernes no se permite el acceso al público en general, pero el pensamiento de que este año podré disfrutar  con calma  cada una de las galerías participantes desaparece nada más ver la cantidad de visitantes del Pabellón 8. ¿Realmente hay tantos coleccionistas y expertos que asisten a la feria en sus primeros compases?.



Me dirijo a la mesa redonda situada en la entrada, recojo toda la información habida y por haber sobre la feria, libro de artistas participantes, mapa de galerías, etc. El caos de la primera impresión al acceder comienza a desaparecer al visualizar el mapa de mano. Parece que todo tiene un sentido. Me dispongo a comenzar mi recorrido y me veo obligado, como tantos otros, a retrasar mi visita a los stands. La casualidad hace que nada más llegar me encuentre con un periodista de TVE entrevistando a Carlos Urroz, director de ARCO. 



Tras escuchar sus palabras uno tiene la sensación de entender un poco mejor  lo que hay a su alrededor. Aunque mi curiosidad puede más que seguir escuchando ese universo paralelo que tiene la feria, dejo a un lado el glamour y las cámaras y sigo a lo mío, a ver qué encuentro.

Comienzo la ruta, el stand de una galería de Londres llama mi atención: Faggionato Fine Arts, parece que solo ofrece una obra, pero es de uno de los grandes: Juan Muñoz. Raudo y veloz accedo al espacio para ver que ofrece, y ahí está, la polémica está servida:



Ni más ni menos,  es lo que aparece: una habitación blanca con una pequeña entrada dibujada al final o al principio de esta.  ¿Qué significa esto? ¿Es una idea? ¿Una de esas piezas que han convertido la feria en objetivo de periodistas a la caza de obras de arte polémicas? Lo averiguo y compruebo que no es el caso, con Juan Muñoz siempre hay algo más:

El título de la instalación es Waiting for Jerry (Esperando a Jerry). Esta pieza fue concebida en 1989, para el hijo de un amigo íntimo, y precede a la que dos años más tarde construyó para su hija Lucía, la cual sentía gran compasión por Jerry, el ratoncito vulnerable que se tenía que defender incesantemente de la presencia agresiva de Tom. En contrapunto, a su hermano Diego le parecía que el ratón era un gran incordio para el gato apacible y silencioso.

El pequeño agujero de ratón en este muro es la fortaleza de Jerry, donde él se podía esconder de la presencia amenazante del gato. Para el espectador se convierte en la “comprensión del sentido de la vida”. Un lugar en el cual desaparecer de las vicisitudes y tribulaciones de un mundo desorientado e incomprensible de objetos metafóricos y destartalados y emociones angustiadas. Como muchas de las esculturas de Muñoz, Esperando a Jerry, aunque con un deje de humor, anticipa las emociones del espectador: nostalgia, silencio, soledad y distanciamiento.

Una de las referencias latentes en la obra de Muñoz es el concepto del Teatro del Absurdo de Samuel Becket, involucrando actores ausentes, como en la obra Esperando a Godot. Aquí, como en Waiting for Jerry, encontramos una imposibilidad teórica, una obra en la cual nada acontece pero que mantiene al público intrigado y pegado a su asiento.





Después de esto y con una ligera sonrisa que me hacer pensar que este año la visita puede ser muy entretenida, echo un vistazo a la programación y compruebo que, en el pabellón 10, en  escasos  minutos, va a dar comienzo la presentación del Proyecto Heineken. Uno de los artistas participantes es Chema Madoz, en principio, su presencia es garantía de que puede ser una idea interesante. Al llegar a la presentación no hay nada más que la exposición de los participantes  a los medios y cero explicaciones sobre el sentido y fin del Proyecto Heineken, con lo cual, nada que apuntar en positivo, salvo una cosa: Madoz,  artista llano y accesible donde los haya (no es la primera vez que lo compruebo), no tiene ninguna objeción en contestar a una de mis preguntas cuando acaba la sesión de fotos, le comento: - Muy interesante todo esto pero, solo os habéis hecho fotos y no se ha hablado del proyecto ni en que consiste…-. A ello el artista me contesta con un gesto de resignación: … creo que quiso decirme algo así  “Esto es ARCO amigo, es lo que hay”. –Muchas gracias Chema, un placer hablar contigo. Y así, sin saber en qué consiste el proyecto Heineken me dirijo de nuevo a los pasillos de las galerías. Esperando que mi próxima parada sea más fructífera.




A partir de este momento me sumerjo de lleno en la feria, en su esencia, dejando de lado el famoseo, que lo hay en abundancia, y me dedico a disfrutar, a dejar de lado todo aquello que no concibo como piezas de arte y comienzo a buscar piezas artísticas que despierten mi interés, aprendizaje y descubrimiento. A partir de aquí la selección de lo mejor para quien escribe estas líneas:




Magistral pintura de Secundino Hernandez, 1975. El artista, lleva al extremo de simplicidad del trazo a sus figuras y comprime los gestos pictóricos imprescindibles para la animación de sus agitados seres. La densidad se asoma en sus pinturas, en contraposición directa con el vacío. Espontaneidad y frescura en un artista que ha bebido, sin lugar a dudas de los grandes del siglo XX:  Kandinsky, Twombly o Luis Gordillo.




Angel Marcos, 1955. En su obra  el paisaje suele ser el protanista principal, de hecho sus fotografías están íntimamente ligadas a la idea del viaje y al diálogo con el territorio recorrido. Nos sitúa delante de lo cotidiano, haciéndonos reflexionar sobre nuestra propia condición. Estas imágenes nos invitan a disfrutar en una primera mirada. Después, el espectador puede llegar a sumergirse en una sensación de interés inquietante. Sus obras están cargadas de un gran atractivo plástico, y nos devuelven al mundo con una realidad crítica poco común. 



Juan Muñoz, 1953-2001. El espejo, que a lo largo de la historia del arte ha sido un instrumento recurrente para expresar alteridad, aparece con frecuencia en las obras de Muñoz. En palabras del artista: “Mis personajes se comportan como un espejo que no puede reflejar. Están ahí para decirnos algo sobre nuestra mirada, pero no pueden hacerlo, porque no nos permiten vernos a nosotros mismos”.




Baltazar Torres. Oporto, 1961.Una de sus series más conocidas se titula ¿Es esto lo que buscabais?. Título muy que viene al pelo para recapacitar sobre la serie que se exponía en el espacio de la galería Magda Bellotti, de Madrid. Hubo una época en la que estuvimos tan acostumbrados a la cantinela del furor inmobiliario que ingnorábamos automáticamente sus devastadores efectos de cara al futuro. Seguramente habrá que esperar a que desde Google Earth se vea la imagen de nuestra península convertida en un inmenso campo de golf para empezar a tomar conciencia de la gravedad del asunto.



 Tocando numerosos temas sociales con enorme inteligencia y sentido crítico, este artista portugués  ofrece la miniaturización del hombre contemporáneo, sujeto a los efectos de esa sociedad que lo rodea, que nos rodea a todos.



        Pues bien, con todo lo expuesto hasta aquí podríamos plantearnos: ¿Hay arte en ARCO? estas son solo algunas de las creaciones de las que pude disfrutar en la feria, no son las mejores, ni tampoco las peores. Pero sí son, bajo mi modo de ver, algunas de las piezas más interesantes que pude ver. El debate está servido.




Paco Linares Micó



lunes, 11 de febrero de 2013

ABIERTO DE ACCIÓN



abierto de acción                                                                                     

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Bajo el título "Suspendidos" se desarrolló en Alicante, del 31 de enero al 2 de febrero de 2013, la 8ª edición del Festival Internacional de Performance Abierto de Acción. Ha sido organizado por sus espacios culturales más vanguardistas: el Museo de Arte Contemporáneo (MACA) y Las Cigarreras Cultura Contemporánea. 
Abierto de acción es un festival concebido por y para el estudio, desarrollo y conocimiento de las ‘performance’, una disciplina artística en auge a la que le es difícil acceder a los circuitos más tradicionales. Todos los artistas y teóricos participantes poseen una amplia trayectoria internacional: Bartolomé Ferrando, Margarita Aizpuru, Paco Linares Micó, Ángela García, Ana Matey,  María José García y Domix Garrido.
Consta de una parte teórica centrada en ponencias, encuentros y mesas redondas de mano de los conferenciantes, investigadores y ‘performers’ participantes, así como una muestra de acción por parte de los artistas. Se lleva a cabo en espacios abiertos y cerrados (centros de arte y espacios públicos) y va a contar con un documento gráfico de acciones y ponencias por medio de fotografías y grabaciones en vídeo. Se va a divulgar extensamente a través de las nuevas tecnologías y en los medios tradicionales.


De izquierda a derecha: Domix Garrido, Margarita Aizpuru, Bartolomé Ferrando y Paco Linares

En palabras de Domix Garrido, director del festival:
Siendo la performance o arte de acción una expresión artística transversal, que se nutre de las distintas disciplinas y lenguajes artísticos actuales y siendo de difícil clasificación por su naturaleza hibrida, el concepto SUSPENDIDOS no deja de ser más que apropiado si se aplica directamente a su esencia: el estado de tránsito, de no pertenencia a ningún lado, sin definición precisa o consensuada, suspendida entre dos, tres o cuatro dimensiones.
¿Arte escénico, plástico, tecnológico, musical, poético, filosófico, arquitectónico? Todo y nada a la vez. ¿Cómo condicionan estos parámetros tan extensos al artista de acción? La suspensión en el medio de su creación, la contaminación involuntaria o el contagio provocado es la base para la temática elegida en este evento: SUSPENDIDOS, con todo el significado cultural y social que conlleva esta expresión, SUSPENDIDOS nos va a ofrecer un nuevo punto de vista, una revelación teórica y práctica no exenta, estoy seguro, de confrontación.

Jueves 31 de enero. MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante)

“La conferencia expandida”. Margarita Aizpuru.





Margarita Aizpuru, crítica, comisaria e investigadora de arte realizó una conferencia sobre la performance. Fue uno de los platos fuertes del Festival Internacional de Performance debido a la importancia en materia teórica de la ponente.
 Texto realizado por ella misma sobre el lema del festival:

SUSPENDIDOS QUE NO MUERTOS 

La octava edición del Festival Abierto de Acción se va a desarrollar a finales de este mes de enero, en Alicante y Murcia, bajo el amplio concepto de Suspendidos convirtiéndose en la línea que hilvana el tema de esta edición, y el techo común aglutinador.
El concepto o idea de suspender tiene una multiplicidad de significados, y aquí, en el ámbito del Festival y dentro del contexto del arte de acción, de los artistas que lo realizan y demás personas que, desde diferentes posiciones y actividades, lo teorizan, organizan, escriben o enseñan, suspendidos es una experiencia amplia y de sentido ambivalente en la que nos encontramos, vivimos y sentimos.
Ubicados dentro del contexto artístico, pero pendiendo en el aire sin acabar de tocar el suelo del territorio del sistema del arte, a veces bajando, como al estirar una cuerda elástica, e incluso andando encima de él, recorriéndolo, pero siempre sujetos a esa cuerda que se encuentra anclada en otro lugar, y que en cualquier momento hacemos que nos suba, o simplemente nos sube, hacia el lugar de anclaje, al punto de sujeción, impidiendo que nos caigamos, o ayudándonos a salir.
Estar y no estar dentro del sistema artístico. Entrar, tocar con los pies su suelo, recorrerlo, accionar, trabajar en él, y luego salirse de él, tirando de la cuerda elástica. Incursiones internas y externas. No acomodarse en su territorio, pero sí en igualdad de condiciones materiales y de subsistencia dentro de él, y en las condiciones optativas libres subjetivas y colectivas fuera.
Ubicarse como personas de acción creativa, inmersos en procesos generadores de energías y situaciones estéticas que fluyen dinámicas de emisores-ejecutantes a receptores y viceversa, y pretender, legítimamente, vivir para y de ello, como trabajadores del arte, se hace cada día más difícil. En un ahora de “crisis”, la suspensión se extiende como la pólvora en estrategias devastadoras de la creación artística dentro del sistema, y suspendidas se convierte progresivamente en la palabra y en la práctica habitual de las actividades artísticas que pretenden ser practicadas. La suspensión conlleva en este caso un no poder hacer, un impedimento de hacer dentro. 
Trabajadores del arte de acción debieran considerarse y autoconsiderarse como cualquier otro trabajador de otras áreas artísticas, o como un trabajador social cualquiera, siempre que accionen dentro. Artistas, pensadores y mediadores accionistas a secas fuera.
Suspendidos, que no anulados, en ese anclaje versátil, de ida y vuelta, hacia dentro y hacia fuera, en ese poder estar presente en cualquier espacio y en el tiempo. Accionadores de un arte ligado a la vida, abierto a los procesos, los acontecimientos, a lo colectivo, a las formas abiertas y dinámicas de acción social, a la experimentación, a lo efímero, como los viejos rockeros nunca mueren, y como la energía, no desaparecen sino que tienen la capacidad de transformación.
En muchas ocasiones, se ha hablado de la muerte de la performance, sin embargo esta no sólo no ha desaparecido sino que ha demostrado, de forma continuada, su versatilidad y flexibilidad, su capacidad de camuflaje y travestismo, saboteando los obstáculos que se encuentran a su paso, traspasando fronteras e invadiendo otros territorios.

Viernes 1 de febrero. MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante.

"Anticonferencia". Bartolomé Ferrando. 

Bartolomé Ferrando realizó una anti-conferencia en el museo en la que el público tuvo un papel fundamental en la performance.




"El recolector de plumas". Ana Matey. 

Ana Matey presentó el pasado viernes 1 de febrero en la biblioteca del MACA su libro “El recolector de plumas” y lo hizo de una manera de lo más original. Aquí tenéis las imágenes.  






  1. 8ABIERTO DE ACCION Suspendidos Alicante on Vimeo



    Video-resumen de lo acontecido en la octava edicion del festival internacional de Performance ...
  2. Más vídeos de http://vimeo.com/59230828 »
  3. Toda la información sobre el Abierto de Acción en:

  4. www.abiertodeaccion.org